Sarah Erdman, fundadora del Gabinete de Curiosidades LLC, nos explica en su articulo "Llevar a un niño pequeño a el museo: Porque molestarse?" (Taking a toddler to the museum: Why bother?) que es esencial llevar a los niños pequeños a museos ya que ellos necesitan ver cosas reales y no solamente imágenes en los libros. Cuando ella nos explica la importancia del museo como un lugar que nos expone a cosas que no vemos normalmente en nuestras vidas cotidianas, ella sugiere que los museos son espacios de aprendizaje y entendimiento.
Ir con infantes y pequeños a un museo de arte puede ser un reto, especialmente cuando muchas personas preguntan la validez de estas experiencias. Yo comencé a llevar a mi hija a museos en sus primeros meses de vida, primero en una mochila de bebe, luego en carrito y ahora ya camina sola. No siempre ha sido una experiencia fácil; he recibido reprimendas de guardias de seguridad en una ocasión por intentar alimentar a mi bebe en una galería en un museo de Harvard y en otra ocasión un año mas tarde, porque la pequeña no se cansaba de subir y bajar escaleras en el museo de Brooklyn. Recuerdo otro momento muy desagradable cuando visitando un museo con una amiga, esta me dice muy confiada en su opinión que tal vez algunos niños no son de llevarse a museos, porque ella ha visto familias en museos que se ven muy tranquilas y pasándola muy bien. Desde esos días he querido escribir sobre la importancia de incorporar a nuestros bebes en nuestra vida cultural.
Pero hablemos de los buenos momentos, aquellos en que me paseé por los grandes Museos acompañada de mi hija. Hablemos de cuando miré en el Prado en Madrid a las Meninas y le pregunté a mi hija que ves y ella identificó nenas y un perro; también de cuando me habla de la mamá y el bebe mientras observa Madonas medievales; de cuando conversa sobre animales y también de colores. Por esos buenos momentos y por mi creencia infinita en el valor del arte voy a museos de arte con mi familia.
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