Una tarde me fui a Montmartre, el vecindario de poetas y artistas en Paris que siempre se asocia con estilos de vida bohemios. 

En estos días Montmartre nada tiene que ver con el vecindario de finales del siglo 19 y principios del siglo 20 donde vivió Picasso en su Periodo Azul de pobreza y felicidad. Picasso, Dali, Van Gogh, Renoir, Manet y Degas, todos ellos transitaron en sus tiempos esas calles encantadoras por las que ahora se pasean los turistas en masas exorbitantes. Todos buscando algo que leyeron en un libro o vieron en un film francés.

 Subiendo por las colinas, escalinatas y callecitas de Montmartre me hago de ilusiones pensando que me quedaría en Paris. Llego al Sacre Cour, a la Place du Tetre y al Museo de Montmartre donde se respira el ambiente de aquel Paris del siglo 19 que ya no existe. !Quiero ser artista en Paris! Como otros sueñan con vivir en Nueva York o Berlin, yo me imagino viviendo en algún lugar en Paris.
 
Encuentro un lugarcito donde comer en una callecita pintoresca, pequeña y lateral, La Rue Poulbot. La comida esta deliciosa, me lleva a sabores de alguna salsa roja Marroquí o Caribeña,  y la acompaño con un buen vino Frances. El mesero y yo nos miramos con familiaridad, como si fuéramos del mismo lugar o como si nuestros rasgos físicos nos recordaran la cultura de donde venimos. Antes de irme me pregunta de donde soy y nos damos cuenta que provenimos de lados opuestos del mundo.
 
Después de mucho caminar, mirar y soñar termino el día en el cementerio de Montmartre. Con mucho esfuerzo localizo la tumba de Degas donde paso unos momentos intensos. Cuando regreso a la estación del metro paso por La Moulin Rouge... (continuará).








Comments

Hoy, artista said…
Me gusta este cuento!!!

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